Demasiadas han sido las experiencias y aprendizajes compartidos en el regreso de las mentorías de nuestro proyecto Ckelar Ecosistemas Educativos Innovadores de Primera Infancia, que es financiado por el Fondo de Innovación y Competitividad Regional, y con el cual estamos transfiriendo la metodología de nuestro programa ViLTI SeMANN a más de 70 docentes y educadoras, beneficiando con eso a más de tres mil estudiantes de toda la región.
Este nuevo ciclo ha estado marcado por el desarrollo de mentorías sobre temas de interés de parte de las y los educadores participantes, quienes a través de una encuesta expresaron sus mejores preferencias a la hora de señalar qué aspectos de su continua formación les gustaría reforzar, imponiéndose los relacionados con el uso de aplicaciones novedosas, innovación, didáctica y aprendizaje basado en proyectos.
De esta forma, quienes son parte de este proyecto demuestran sus ganas de adquirir nuevos conocimientos y, en este caso, herramientas digitales, independiente de que a veces, por ser más viejos o por la falta de práctica, a unos les cueste un poco más que a otros.
En ese sentido, la contingencia sanitaria ha demostrado la relevancia de mantenerse actualizados con las nuevas tecnologías, pero también la utilidad que éstas tienen cuando son debidamente aplicadas en la educación, sobre todo las que están relacionadas con el lenguaje audiovisual, que son especialmente llamativas para las nuevas generaciones de estudiantes.
Especialmente novedosa ha resultado la experiencia con la realidad aumentada y otras herramientas digitales que les permitirán no sólo innovar en sus clases, sino también desarrollar sus propias habilidades, creciendo enormemente como profesionales y potenciales líderes en sus establecimientos.
De la misma forma sucede en cada una de las áreas del saber y del conocimiento. Por eso, la creatividad y la innovación deben estar presentes a toda edad, porque el desarrollo de nuestras habilidades es constante y nunca termina: siempre hay algo nuevo que aprender.
En ese sentido, esta nueva era pedagógica digital ha obligado a utilizar la creatividad y capacidad de innovación educativa, habilidades intrínsecas del educador o educadora, que busca adaptarse al cambio a partir de diversas estrategias que hoy tiene a la mano, adecuando didácticamente el trabajo en las aulas virtuales de acuerdo al ritmo, al estilo de aprendizaje de los y las estudiantes, y a las capacidades y la conectividad no sólo de los niños y niñas, sino también de las y los docentes y educadoras de párvulos.
Por eso debo agradecer la motivación y el entusiasmo que han demostrado las y los educadores participantes de este segundo ciclo del proyecto Ckelar, donde han podido desplegar al máximo su creatividad y donde también, este año, ellas y ellos van a poder materializar en sus comunidades educativas, los ecosistemas innovadores que han ido creando aplicando el contenido de estas mentorías, y también de los conversatorios y otras actividades que desarrollamos, con el fin de promover una educación centrada en el potenciamiento de las habilidades propias de los niños, niñas y jóvenes de la región, a través de estrategias que les resulten atractivas, didácticas y lúdicas, para lo cual también las y los profesores nunca debemos dejar ni de aprender ni de crear.